El convento agustino de San Sebastián, el más antiguo de los que tuvo Icod de los Vinos, tiene su origen en la donación que hace en 1585 el Obispo de Canarias don Fernando Rueda, de la pequeña ermita de San Sebastián a la Orden de San Agustín para fundar en ella un convento que llevaría su nombre. Hoy desaparecido, solo se conserva la Iglesia de San Agustín, ya que el conjunto fue modificado para levantar el actual Ayuntamiento y la plaza Luis León Huerta.
El conjunto se encuentra dentro de los límites del Conjunto Histórico de Icod de los Vinos, declarado Bien de Interés Cultural. Desde su fundación, el convento agustino de Icod de los Vinos contó con el apoyo de destacadas familias locales, como los Alzola, Fernández, Montiel o Esteves, quienes financiaron capillas, altares y otros elementos del templo. Este mecenazgo permitió su crecimiento y esplendor a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Tras la Desamortización, el convento fue clausurado en 1821 y su iglesia se cerró al culto. A partir de 1822, el edificio se destinó a usos civiles, como casa de beneficencia y escuela. En 1861, la iglesia fue reabierta como parroquia auxiliar de San Marcos, con San Agustín como patrón y la Virgen de Gracia y San Sebastián como copatronos.
La Iglesia de San Agustín es una joya del mudéjar canario, destacando por conservar dos arcos de ladrillo únicos en el archipiélago. Uno de ellos, fechado en 1599 y concluido antes de 1608, separa la capilla mayor del resto de la nave. Ambos arcos apoyan sobre elegantes columnas de estilo toscano. La fachada actual, muy modificada en el siglo XX, conserva en su puerta principal una inscripción del año 1777.